Lucie Léon al piano

Berthe Morisot fue una pintora y grabadora francesa y la primera mujer en unirse al círculo de los pintores impresionistas franceses. Ella expuso en todas menos en una de las exhibiciones y a pesar de las protestas de amigos y familiares, continuó participando en su lucha por el reconocimiento. Nacida en una familia de riqueza y cultura, Morisot recibió clases convencionales de dibujo y pintura. Sin embargo, se opuso firmemente a la convención, al elegir tomar en serio estas actividades y convertirlas en el trabajo de su vida. Después de haber estudiado durante un tiempo con Camille Corot, más tarde comenzó su larga amistad con Édouard Manet, quien se convirtió en su cuñado en 1874 y fue la influencia individual más importante en el desarrollo de su estilo. A diferencia de la mayoría de los otros impresionistas, que luego se dedicaron intensamente a los experimentos ópticos con el color, Morisot y Manet acordaron un enfoque más conservador, limitando su uso del color a un marco naturalista. Morisot, sin embargo, alentó a Manet a adoptar la paleta clave de los impresionistas y a abandonar el uso del negro. Sus propios lienzos, cuidadosamente compuestos y con colores brillantes, suelen ser estudios de mujeres, ya sea al aire libre o en entornos domésticos. Morisot y la artista estadounidense Mary Cassatt son generalmente consideradas las mujeres pintoras más importantes de finales del siglo XIX. La joven que no sonríe en esta pintura es Lucie Léon, quien "hubiera preferido jugar croquet en lugar de posar al piano", según la hija de la artista, Julie, quien observó las sesiones de pintura. Sin embargo, en 1898, Lucie se había convertido en una pianista premiada con una carrera pública, lo cual era raro para las mujeres en ese momento.