Paz: Entierro en el mar del cuerpo de Sir David Wilkie

En medio de todos sus diversos reclamos de grandeza, Turner poseía, en medida suprema, el poder de reproducir en la mente del espectador la impresión que él mismo recibió de cualquier escena que eligiera representar. Gran parte de la controversia que se ha desatado en torno a su trabajo se debe a este hecho. Se ha objetado que sus colores no son verdaderos para la naturaleza, pero al examinarlos en detalle se encuentran que corresponden exactamente de la forma en que pueden ser posibles los tintes naturales. El color y la forma lo atrajeron de una manera particular, y los pintó como los vio, al igual que el poeta registra la verdad que lo inspira. Desde un punto de vista casual, los críticos fáciles pueden estar en desacuerdo con su interpretación; pero un estudio cuidadoso revela las profundidades de la percepción de Turner, y el crítico convierte la crítica en aprendizaje y se convierte en un alumno.Como colorista, reproduciendo las bellezas del mar, el cielo y la atmósfera, se quedó solo. Por la riqueza de sus tonos y los hábiles contrastes de luz y sombra, mostró un dominio adicional que le da a su trabajo un efecto aún más poderoso. Particularmente en la pintura de los cielos, y por el efecto de la distancia que obtiene, es que su trabajo está investido con una fuerte individualidad. En esta imagen estas cualidades se muestran bien. El negro funerario de las velas, aunque ha sido condenado como "sentimiento falso", sugiere fuertemente la idea del luto, que se destaca aún más por los colores sutiles que resultan más llamativos por sus fuertes contrastes. La escena muestra el entierro de Sir David Wilkie, R.A. quien murió repentinamente en el mar frente a Gibraltar, y la imagen es el homenaje de Turner a la memoria de su amigo, cuyo cuerpo se está hundiendo en las profundidades en un resplandor de antorchas.