Transportistas de carbón en gabarras descargando de noche al claro de luna

El río Tyne serpentea por el noreste de Inglaterra hasta el mar del Norte, pasando a través de la ciudad de Newcastle, solo a unas pocas millas de la boca del río. Newcaslte, lugar de bastas minas de carbón, así como de la fabricación de vidrio y hierro, estaba en el eje de la Revolución Industrial a principios del siglo XIX. Aquí vemos el río Tyne desde el pueblo de Shields, río abajo de Newcastle. El carbón extraído allí era cargado en pequeños barcos de base plana llamados quillas. Las quillas navegaban a través de estas aguas poco profundas pasando bajo el puente de Tyneside donde su cargamento era transferido a embarcaciones más grandes que esperaban en el puerto. Londres era el destino más frecuente, el principal consumidor de carbón proveniente de Newcastle. El humo escupido por las chimeneas y los vertidos industriales transformaron los paisajes marinos y terrestres de Inglaterra. El trabajo también cambió cuando los trabajadores debían realizar duras jornadas continuas para cubrir las demandas de una población y economía que requería cada vez más combustible y otras materias primas. Los cambios provocados en el estilo de vida inglés resultado de la industrialización intrigaban a Turner y estimulaban su imaginación. Aunque los efectos de la naturaleza también cautivaban al artista de igual manera.