Niña con crisantemos

Esta hermosa obra de arte se exhibió en 1896 en Berlín en la Internationale Kunstausstellung y en el Sommersalon en Viena, donde William Ritter, crítico de la "Gazette des Beaux Arts" de París, se fijó en ella. Es una de las pinturas más famosas y reconocibles de Olga Boznańska y es objeto de numerosas interpretaciones, a menudo conflictivas o controvertidas. La pintura fue creada en 1894 en Munich y es considerada la obra más perfecta de Olga Boznańska. Es una verdadera muestra de colores de la artista en sutiles tonos plateados y grises en forma de pinceladas delicadas. Al presentar a la niña contra el muro de color neutro y blanco grisáceo, la artista creó un nuevo tipo de retratos infantiles rompiendo con la convención de presentar a los niños con ropas típicas en un entorno elegante y con estilo. La niña, que está sola y parece seria para su edad, vestida con un modesto traje, sosteniendo crisantemos brillantes en sus manos entrelazadas, atrae la atención con su cara pálida enfermiza y sus grandes ojos de una negrura asombrosa, brillando como si tuviera fiebre. El retrato evoca un sentimiento de ensueño, tristeza, misterio y moderación, similar a la atmósfera de los poemas de Maurice Maeterlinck, conocido y apreciado por Boznańska. El Museo Nacional de Cracovia (Polonia) ha organizado una exposición de las obras de Olga Boznańska (1865-1940), la pintora polaca más ilustre de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La exposición se inauguró el pasado fin de semana y presenta alrededor de 170 de las obras más importantes y representativas de la artista, tomadas de museos y colecciones privadas de Polonia.