Pablo Picasso
La esencia de la excelencia ha sido durante mucho tiempo un tema de debate. Desde la inspiración divina hasta el genio loco o la práctica obsesiva, nosotros, los "ordinarios", aún buscamos un elemento clave que otorgue lo "extraordinario". Si tuviera que señalar la personificación del genio, Fernando Pessoa sería un candidato ideal. Este poeta desarrolló diferentes personalidades, sus heterónimos, para explorar estilos y filosofías divergentes, cada una con personalidades y antecedentes complejos, que firmaron poemas aparentemente imposibles de pertenecer al mismo creador. Inestable y propenso al alcohol, que se dice que padecía de enfermedades mentales, Pessoa definió la inspiración poética como un "delirio equilibrado" y se jactó de escribir fluidamente poema tras poema, de pie, durante noches enteras, aunque los académicos actuales lo encuentran bastante improbable. Bajo la ilusión de una inspiración repentina y un genio urgente, se han encontrado toneladas de borradores y bocetos, desde pautas hasta el mapa astral de personajes para que reflexionen sobre su personalidad. Pero por muy profundo que sea el cofre de Pessoa (donde guardaba sus documentos relacionados con la literatura), Balzac debe tener el récord del trabajo más largo y extenso. La "Comedia humana" consiste en 91 obras con personajes que cruzan de libro en libro y que cubren una tremenda cantidad de episodios que representan la condición humana. Su método de trabajo es legendario, ya que escribiría durante horas con café, siempre preocupado por la perfección, añadiendo y cambiando su trabajo a lo largo del camino y, a veces, incluso después de la publicación. Él aspiraba reconocimiento, para alcanzar la grandeza. Desde el punto de vista del libertador, Picasso ha tenido una aspiración valiente, digna de admiración, para ser completamente liberado del canon. Aunque narcisísticamente, no consideró el éxito como externo, y ha dicho famosamente que "tardé cuatro años en pintar como Rafael, pero toda una vida para pintar como un niño". No tenía miedo de la experimentación y pasó por muchas fases, lo que muestra una conexión distinta con la creación libre y una compulsión de pintura. En una desafortunada paradoja, me encontré con un gráfico simple que ilustraba las diferentes rutinas de personas famosas (enlace más abajo), mientras me relajaba junto a la piscina, disfrutando del entumecimiento cerebral que creía que merecía después de un agotador semestre: el momento para esta exaltación del trabajo duro no podría haber sido peor: mañana voy a empezar a hacer algo, mañana...
Artur Deus Dionisio