Pierre Bonnard
Tras un período dedicado a la producción de escenas parisinas al estilo de Édouard Vuillard y Henri de Toulouse-Lautrec, Pierre Bonnard virtualmente reinventó su arte alrededor de 1905. El nuevo énfasis del artista se centró en las composiciones a gran escala, formas audaces y colores brillantes como la de sus contemporáneos Henri Matisse y Pablo Picasso, al igual que en paisajes rurales, un tema que no había explorado previamente.
El Paraíso terrenal forma parte de una serie de cuatro lienzos pintados para sus distribuidores, Josse y Gaston Bernheim, entre 1916 y 1920 y demuestra las nuevas y atrevidas investigaciones de Bonnard sobre la luz, el color y el espacio. Aquí el artista usó follaje para crear un arco parecido a un proscenio para un drama que involucra a un inquietante Adán y a una yacente Eva. El contraste de Bonnard establecido entre las figuras parece seguir una tradición en la que la mujer, presentada como esencialmente sexual, está conectada con la naturaleza, mientras que el hombre, esencialmente intelectual, es capaz de trascender lo terrenal. Realzando la ambigüedad de la imagen hay una variedad de animales como pájaros, conejos, un mono y una serpiente (aquí reducida a una serpiente de jardín). Este paraíso, nada edénico, puede reflejar la respuesta del artista a la destrucción de Europa durante la Primera Guerra Mundial, que todavía estaba en su apogeo cuando comenzó la pintura.
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