Los magdalenienses by Joan Miró - 1958 Museum of Modern Art Los magdalenienses by Joan Miró - 1958 Museum of Modern Art

Los magdalenienses

óleo sobre lienzo •
  • Joan Miró - Abril 20, 1893 - Diciembre 25, 1983 Joan Miró 1958

Un lienzo vacío, como una hoja en blanco, tiene el potencial del infinito. Puede comenzar una guerra o un matrimonio que dure toda una vida con tan solo una declaración, puede inspirar una revolución o salvarte del dolor con tan solo una pintura: todo está a oscuras hasta que algo toma forma. Es por eso que la primera línea puede resultar tan aterradora. Si te sientes responsables de acabar con un interminable torrente de posibilidades cuando decides el contenido de una hoja/lienzo, una auténtica lucha que me estresa, quizás deberíamos pensar en las pinturas de Miró.

En cierto modo, resultan terapéuticas para esta paranoia en concreto. Me preocupan mucho las implicaciones lógicas y finales y me obsesiona la idea de que cada detalle debe tener sentido. Esto lo abarca todo, desde comprar jabón (por alguna razón, el color debe de combinar con el champú) hasta escribir sobre cualquier cosa. Esta ansiedad por un perfeccionismo estúpido es tan fuerte que algunas veces que me impido a mí mismo escribir algo que me aportaría una gran satisfacción porque aún no he acabado de definir los detalles. Lo peor es ser consciente de lo ridículo que resulta (en la mayoría de los casos).

Si os identificáis, en mayor o menor medida, con esta inquietud, lo más probable es que deseéis que las cosas que se suponen que son divertidas fueran tan fáciles de hacer como cuando eras pequeño. Simplemente nadar sin preocuparse de poderlo hacer en una ocasión mejor o enredar en la cocina independientemente del resultado final. Por eso es por lo que soy tan crítico con los que desacreditan pinturas como la de hoy con la frase desdeñosa: “Un niño podría hacer eso”. Porque eso, amigos míos, es un tremendo logro. Quizás la parte más difícil sea enfrentarse a este mundo impulsivo y caótico, donde no queda mucho para la perfección, abrazar las limitaciones de nuestros compromisos y pasarlo bien con ello. Incluso las obras maestras se crearon enfrentándose a riesgos y cometiendo errores y no resulta raro escuchar a celebrados escritores y pintores afirmar abiertamente que no les gusta su propia obra, quizás porque resulta muy difícil enfrentarnos a nuestras propias expectativas.

- Artur Dionisio