Esta pintura pertenece al grupo de representaciones de la Virgen y el Niño producidas en grandes cantidades en los Países Bajos en la segunda mitad del siglo XV con fines privados. De tamaño pequeño e íntimo, esas pinturas fueron utilizadas para la contemplación individual en viviendas privadas.
El trabajo es típico de Memling, el famoso pintor que trabajó en Brujas, principalmente para clientes privados que le encargaban producciones de tamaño pequeño. La pintura tiene rasgos característicos del estilo del artista, como la suavidad, la delicadeza, los colores apagados y la calma emocional. A pesar de ciertos "problemas" como la falla anatómica que consiste en colocar el pecho de María demasiado alto, se ha reconocido recientemente que fue pintada por el maestro.