William Merritt Chase
Les presentamos la obra maestra de hoy gracias a La Colección Phillips :)
Cuando Chase regresó a Nueva York en 1878 de estudiar fuera, estaba armado con la oscura paleta y pinceladas ejecutadas brillantemente de la escuela de Múnich. Aunque aún seguía receptivo a otras influencias. Para 1886 su trabajo comenzó a mostrar efectos de la pintura al aire libre, una técnica que había practicado en Holanda tan pronto como en 1880, pero que no volvería a retomar hasta varios años después, en Shinnecock, Nueva York, donde producía varias pinturas impresionistas. El Escondite es un trabajo tradicional: mientras sus oscuros colores lo colocan dentro de la tradición de la escuela de Múnich, sus pinceladas accidentadas y las pistas de un momento pasajero capturado en el tiempo por la luz, dan un aire de los paisajes que componen el estilo maduro de Chase.
En su trabajo, Chase se concentra en el tema familiar del tardío siglo diecinueve de niños jugando. Usualmente notado por sus interiores exóticos y prodigiosos, en El Escondite Chase enfatiza la economía del objeto y la atenuación del color, creando una composición que es radical a la vez que misteriosa. Solo cuatro objetos son incluidos—una silla, un cuadro, una cortina oriental y el marco de la puerta o cortina detrás de la cual se oculta una niña mientras ve a su compañera de juegos. Somos atraídos por la ensimismada atención de esta niña y al mismo tiempo, nuestros ojos se mueven a la segunda, posicionada delicada y diagonalmente, Iluminada por la luz plateada que viene desde atrás de la cortina. Dos influencias, el Japonismo, un estilo de pintura influenciado por la estética Japonesa, y la fotografía, convergen en esta pintura. En el espíritu del Japonismo —inspirado tal vez por su amigo Whistler—Chase ha descentraliza la pintura, levantó el horizonte, y desafió las leyes de la gravedad. El cuadro o espejo en la pared se desliza hacia arriba más allá de la orilla del lienzo, la silla vacía flota sin anclajes, y la niña permanece suspendida ante la luz. La composición nos adelanta algunos de los paisajes posteriores de Chase con su horizonte alto y primer plano ladeado. La influencia de la fotografía puede ser vista en el espacio apeñuscado en la esquina inferior izquierda y el espacio sorprendentemente extenso que domina esta imagen. Abandonando un esquema tradicional de composición a favor de uno que indica el momento accidental, Chase adoptó para sí mismo la intimidad de la fotografía y su inmediatez de expresión.
Chase tenía fotografías de Eadweard Muybridge, un pionero en fotografía de acción, en ese entonces su trabajo fue pintado, afirmando el interés del artista en la nueva forma. Como suele pasar en una fotografía, la figura está altamente definida; el resto de la pintura está ligeramente fuera de enfoque. En este momento, también, muchos artistas estaban preocupados por con problemas de percepción y las tensiones entre lo que se ve y lo que no se ve, por ejemplo, la fuente de luz, cubierta por el velo de la cortina. El título en sí—El Escondite—llama la atención a este intercambio, que se desenvuelve en la composición.