Adah Isaacs Menken en el papel de Mazeppa by Henry Mullins - 1864 Museo de Victoria y Alberto Adah Isaacs Menken en el papel de Mazeppa by Henry Mullins - 1864 Museo de Victoria y Alberto

Adah Isaacs Menken en el papel de Mazeppa

fotografía •
  • Henry Mullins - 1854 - 1921 Henry Mullins 1864

En anteriores artículos me he ocupado de la cuestión de la identidad (¿quién soy yo?), estudiando a Virginia Oldoini entre otros autores. ¿Es capaz un retrato de exponer nuestra identidad o sólo revela la forma en la que nos vemos a nosotros mismos? Hoy continúo con la búsqueda de una respuesta a través de la historia de una mujer que mantuvo su verdadero nombre como un secreto celosamente guardado. Se la conocía como Adah Isaacs Menken (1835-1868). Leyendo acerca de este personaje siento que ni ella misma sabía realmente quién o qué era. Quería que se la reconociera como escritora, pero se convirtió en la actriz mejor pagada de su tiempo.

Durante su vida inventó tantas historias sobre sus orígenes que incluso hoy en día no podemos estar seguros al 100% de cuál es la verdad. Fue en Burdeos, Francia, donde hizo público por primera vez su supuesto nombre real, Marie Rachel Adelaide de Vere Spenser. Sin embargo, en otra ocasión dijo que su verdadero nombre era Dolores Adios Los Fiertes. Investigaciones recientes han apuntado que, quizás, nació en Memphis, Tenessee, con el nombre de Adas C. McCord, aunque sigue siendo posible que otras historias sobre sus orígenes y su auténtico nombre puedan ser ciertas.

En su corta vida la cuestión de la identidad fue fundamental. En 1855 se casó con el músico G. W. Kneass, matrimonio que terminó poco después. Sólamente un año después se volvió a casar, esta vez con el hombre del que tomaría su nombre: Alexander Isaac Menken. Alexander era un seguidor del Judaísmo Reformado y Adah se inventó unas raíces judías a partir del legado de su marido, dedicándose a estudiar el Judaísmo. Fue en ese momento cuando empezó a trabajar como actriz en Nueva York y San Francisco. También publicó algunos de sus poemas, pero no tuvieron muy buena acogida. Aunque se convirtió en una actriz muy famosa, lo que realmente quería es ser reconocida como escritora.

Empezó a llevar un corte de pelo masculino, ondulado y corto, cultivando así una imagen bohemia y andrógina. Poco a poco, fue creando su propio estilo usando los modernos medios de la época, tales como la fotografía.

En 1859 se casó con John C. Sheenan, su tercer matrimonio. Sin embargo, poco después se descubrió que que no estaba legalmente divorciada de Menken y fue acusada de bigamia. Aunque finalmente consiguió divorciarse de Menken, su matrimonio con Sheenan pronto se convirtió en un nuevo matrimonio fallido. y en un año ya estaban divorciados. Por un tiempo, se dedicó a escribir poesía y, aunque publicó algunos de sus poemas, no tuvieron mucho éxito. Tras varias relaciones amorosas, se volcó en el papel que la hizo famosa. Un ‘papel de calzones’ (es decir, en el que una mujer interpreta a un hombre) en el melodrama Mazeppa. En el clímax de la obra, su personaje era desnudado, atado a un caballo y sacado así del escenario. Al principio, se utilizaba un muñeco para este número, pero Adah insistió en hacerlo ella misma. Se vestía con mallas color carne y subía un caballo auténtico al escenario, simulando de esta manera estar completamente desnuda y causando sensación entre el público. 

Tras casarse por cuarta y quinta vez, viajó a Londres y a París. Adah hizo furor entre el público y protagonizó varias relaciones escandalosas, incluyendo una con Alejandro Dumas (que le doblaba la edad). Pero enfermó y tuvo que dejar de trabajar, cayendo rápidamente en la pobreza. En una carta a un amigo, escribía: "Estoy perdida para el arte y para la vida. Aún así, cuando todo esté dicho y hecho, ¿no habré a mi edad saboreado la vida más que muchas mujeres que lleguen a vivir cien años? Es justo, pues, que vaya donde los ancianos van." Adah falleció en Paris y fue enterrada en el cementerio de Montparnasse. En mi opinión, sus retratos, al final, no llegaron a revelar su verdadera identidad.

 - Erik

Si quieres recordar la fotos de Virginia Oldini que se  mencionan en el artículo, lee nuestro artículo "Virginia Oldoini, La Estrella de los inicios de la fotografía" en nuestro magazine online DailyArtDaily.