Peter Paul Rubens
Sileno dormido es una de las obras más extraordinarias de Pedro Pablo Rubens, que pintó poco después de su regreso de Italia, entre 1610 y 1612.
Lo que resulta más sorprendente es la falta de equilibrio de la composición, que se divide entre un grupo de figuras centradas en el Sileno borracho de patas de cabra (uno de los lujuriosos sátiros que merodeaban los bosques de la mitología griega) junto a Baco y las ménades y una desbordante naturaleza muerta con innumerables vasos, cuencos y platos dorados. Para Rubens, pintor de figuras y escenas históricas, esta resulta una combinación pictórica extremadamente inusual.
De dónde viene el vino y cómo baja por las gargantas de quienes lo beben lo demuestra el propio Baco. La máscara que la muchacha se ha colocado sobre la frente es un símbolo pictórico de la doble naturaleza humana: un ser racional que al mismo tiempo está sujeto a los deseos carnales. Ambas caras de la naturaleza humana pueden ser estimuladas mediante el placer del vino (¡pero la cantidad es lo que resulta crucial!).
La representación de los vasos va mucho más allá de la composición de una naturaleza muerta: da la impresión de ser el tesoro oculto de un cuento de hadas. Es una pintura llena de lujo y extravagancia.
En esta pintura Rubens no narra un relato de la mitología griega. En su lugar, ha creado la imagen de un sueño en que el ebrio Sileno es estimulado eróticamente (la pareja de amantes del fondo alude a ello) y al mismo tiempo, se ve ahogado bajo el volumen de estos suntuosos vasos, como en una pesadilla. De este modo, Rubens ha utilizado los elementos de las antiguas bacanales para crear su propio mito de lo sensual.
Presentamos la pintura de hoy gracias a la Academia de Bellas Artes de Viena: podéis echar un vistazo a otras pinturas de su colección en nuestro archivo. ¡Que tengáis un fantástico fin de semana! :)
P.D. Si os interesa la mitología griega, podéis conocer la mitología y la arquitectura del Partenón aquí.