La carga de la caballería roja by Kazimir Malévich - circa 1932 - 91 x 140 cm Museo Estatal Ruso La carga de la caballería roja by Kazimir Malévich - circa 1932 - 91 x 140 cm Museo Estatal Ruso

La carga de la caballería roja

óleo sobre lienzo • 91 x 140 cm
  • Kazimir Malévich - February 23, 1878 - May 15, 1935 Kazimir Malévich circa 1932

Durante muchos años, esta obra de arte, pintada en 1932, se consideró la única contribución por parte de Malévich a la historia oficial del arte soviético, debido al hecho de que el artista había caído en desgracia. Sólo se permitió que entrara al panteón de arte soviético por su título, que parece elogiar la Revolución rusa y el Ejército Rojo. Malévich fechó intencionadamente esta pintura como de 1918 (en la esquina inferior derecha del lienzo) y en la parte posterior escribió: “Desde la capital de la Revolución de Octubre, la caballería roja cabalga para defender la frontera soviética”.

A pesar de estas grandiosas palabras, esta pintura es de hecho una de las obras más desoladas y trágicas que Malévich realizaría durante esta etapa final de su carrera artística.

En la composición de esta extraordinaria obra de arte podemos ver cómo se reflejan los pensamientos de Malévich sobre su realidad contemporánea. En propias palabras del artista: “Algunos líderes nos invitan a contemplar una existencia espiritual, mientras que otros nos incitan a acumular bienes materiales. Y de este modo, sus seguidores fieles comienzan a marchar... Las banderas se cambian con tanta frecuencia como si fueran trapos, pero todo es en vano: nuestros pies permanecen sudorosos y nuestros dedos siguen llenos de rozaduras y ampollas. La energía del movimiento humano, con la esperanza de ganar algo, recuerda a los locos que se lanzan de cabeza hacia el horizonte porque creen que han encontrado el fin de la tierra, olvidándose de que ya se encuentran en el horizonte y no necesitan correr hacia ningún otro lado”.

En esta pintura, los jinetes revolucionarios, azotados por una fuerza invisible y casi perdidos en el espacio vacío y eterno, atraviesan la tierra bajo una multitud de banderas rojas. Las pequeñas siluetas rojas casi se funden entre las franjas suprematistas de colores puros. Su movimiento es frenético, inútil y absurdo, ya que su viaje es infinito y el cielo y la tierra permanecen indiferentes ante las idas y venidas de los seres humanos. A fin de cuentas, la Tierra Prometida no ha existido nunca y jamás existirá.

Presentamos la obra de hoy gracias al Museo Estatal Ruso<3

P.D. Aquí puedes encontrar todo lo que deberías saber sobre el suprematismo y sobre Kazimir Malévich.