Júpiter e Ío by Antonio da Correggio - 1520/1540 - 162 x 73,5 cm Kunsthistorisches Museum Júpiter e Ío by Antonio da Correggio - 1520/1540 - 162 x 73,5 cm Kunsthistorisches Museum

Júpiter e Ío

Óleo sobre lienzo • 162 x 73,5 cm
  • Antonio da Correggio - Agosto 1489 - Marzo 5, 1534 Antonio da Correggio 1520/1540

Hoy es nuestro último domingo en colaboración con la colección del Museo de Historia del Arte de Viena (Kunsthistorisches Museum), esperamos que hayas disfrutado de este mes tan especial. Es el momento de un clásico absoluto: ¡Correggio!

Cuando Ío huyó de Júpiter (en la mitología griega y romana, el rey de los dioses y del hombre, el señor del Cielo y la Tierra), éste convocó nubes oscuras en pleno día para evitar que el objeto de su deseo escapara y seducirla en absoluto secreto, pues temía la venganza de su celosa esposa, Juno. Utilizando un estrecho formato vertical, Correggio centra el apasionado encuentro en la visión de la delicada espalda desnuda, situándola en un entorno cálido y húmedo. Con gran elegancia, representa la erótica unión del dios con Ío, la hija mortal del dios fluvial Ínaco: el rostro de Júpiter resplandece suavemente a través de la niebla gris mientras besa a Ío y su mano sujeta suavemente su cintura; la supuesta víctima parece haber abandonado cualquier pensamiento de huida. El ciervo bebiendo en la esquina inferior derecha confiere al erótico motivo un toque de decoro cristiano: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas. Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.” (Salmos 42:1)

La habilidad de Correggio para combinar una representación mística de la naturaleza con el ideal figurativo clásico y la expresión de emociones sublimes hizo de sus últimas obras importantes precursoras de los principios artísticos barrocos. La presente pintura fue realizada (junto con otras) por encargo del duque Federico Gonzaga de Mantua, quien muy probablemente se las regaló al emperador Carlos V. Probablemente había una cierta razón para ello: el significado político de las representaciones de escenas de violaciones mitológicas o históricas. Eran generalmente aceptadas como metáforas del poder absoluto, que, sin embargo, idealmente debería tener un efecto benéfico. Esto explicaría el consentimiento voluntario de la víctima en esta pintura.