Henri Rousseau
Rousseau, quien fue autodidacta y comenzó a pintar más tarde en su vida, viajó muy poco. La mayoría de sus selvas fueron pintadas en el Museo de Historia Natural y en el gran invernadero en los jardines botánicos de París. Al igual que Roussel en su Impressions d'Afrique, Rousseau alimentó sus sueños exóticos en París. Alfred Jarry, André Breton, Guillaume Apollinaire, Robert Delaunay y Pablo Picasso estaban entre sus admiradores más fervientes. La madre de Delaunay encargó este lienzo. Rousseau una vez comentó a Picasso: "Básicamente, haces en un estilo egipcio lo que hago en el estilo moderno". Su comentario puede parecer sorprendente e incluso divertido, sin embargo, todo sobre el Encantador de serpientes es nuevo: el tema en primer lugar, una Eva negra en un inquietante Jardín del Edén, una seductora serpiente tan aterradora como la serpiente en Génesis era seductora. Luego, el estilo: los colores brillantes y densos, retroiluminados, anticipando los colores de un pintor como Magritte, un dibujo preciso e ingenuo, y una composición vertical innovadora en su asimetría.
La figura humana, los animales y la vegetación extraña han sido pintados con el mismo cuidado meticuloso. Esta mujer encanta la naturaleza salvaje, o mejor dicho, la transfiere todavía en un extraño silencio. El fantástico mundo de este lienzo anuncia el surrealismo.