Sémiramis construyendo Babilonia

Sémiramis construyendo Babilonia fue pintado hacia 1860 y no salió del estudio de Degas hasta su muerte. El cuadro representa una escena mitológica: Sémiramis, reina de Asiria y fundadora de Babilonia, está parada en una de las orillas del río Eufrates contemplando la construcción de la ciudad que se convertirá en una de las siete maravillas del mundo. Algunos detalles en la composición nos hacen suponer que el impresionista Degas hizo investigación histórica para realizarlo. El carro en la extremidad derecha y el peinado de la reina parecen ser elementos iconográficos recogidos a partir del estudio de relieves asirios que habían llegado recientemente al Museo del Louvre. Distintos dibujos (que se encuentran actualmente en el Departamento de Artes Gráficas en el Museo d'Orsay), muestran el trabajo preparatorio de Degas para esta pintura histórica. Conforme con la tradición académica neoclásica, las figuras se pintaron por separado, primero desnudas, y luego envueltas y vestidas lo que recuerda la manera de los maestros del renacimiento italiano. Se pensó que Degas se inspiró en una ópera de Rossini sobre este tema, que se estrenó en París en julio de 1860. Pero es más probable que la influencia haya sido de las pinturas de Piero della Francesca que Degas habia visto en Arezzo a fines de 1850, como si la salvación de la pintura histórica encontrase su clave en los maestros del pasado. En efecto, Degas realizó distintas pinturas históricas, incuída esta, entre 1860 y 1865, algunas probablemente por incitación de Gustave Moreau que era un amigo cercano en esa época. Investigando la relevancia de este género en la pintura contemporánea, ha querido aquí combinar una reconstitución histórica basada sobre la copia de fragmentos con una aproximación plástica que asimila los códigos pictóricos aprendidos durante su entrenamiento con el pintor neoclásico francés Jean Auguste Dominique Ingres.