El Eterno Femenino

El desnudo fue un papel central en el arte de Paul Cézanne a lo largo de su carrera, pero, paradójicamente para un artista que normalmente dibujaba esto para vivir, rara vez usaba modelos desnudos en su proceso de trabajo: se decía que se sentía incómodo con los asistentes desnudos. "Todavía pintó bodegones” le dijo una vez a Renoir, "las modelos femeninas me asustan". Cézanne se contentaba con estudiar a artistas anteriores y utilizar los dibujos de modelos desnudos que ya había hecho en la escuela de arte en París. El significado de esta pintura enigmática no está claro y ha sido nombrada con varios títulos. Esta mujer se enfrenta a devotos de diferentes artes y ocupaciones, entre ellos un obispo usando su mitra, cuya admiración parece intrusiva y algo agresiva. Un pintor, algunas veces identificado como Eugène Delacroix, se encuentra en su caballete pintando la escena. La figura calva en el fondo de la pintura puede ser el propio Cézanne. Posiblemente ella promueve su adoración, lo acepta pasivamente o está atrapada por su culto, no está claro. Al igual que muchos de los desnudos de Cézanne, la cara de la mujer está casi en blanco, a excepción de sus ojos rojos. Alrededor de 1877, Cézanne comenzó a utilizar los trazos diagonales paralelos que se ven aquí, para imponer el orden y unificar la superficie de su imagen.