Tríptico de las Tentaciones de san Antonio by Hieronymus Bosch - 1501 Museu Nacional de Arte Antiga Tríptico de las Tentaciones de san Antonio by Hieronymus Bosch - 1501 Museu Nacional de Arte Antiga

Tríptico de las Tentaciones de san Antonio

óleo sobre tabla •
  • Hieronymus Bosch - c. 1450 - 1516 Hieronymus Bosch 1501

Una gota de agua en una sequía es una bendición, pero la misma gota en una inundación es una maldición. ¿Cuál es la naturaleza de la bondad, y cómo se define a la maldad? Cuando me preguntan acerca de Lisboa, siempre hablo de la singularidad de su luz. La luz del sol se extiende como terciopelo dorado, casi tangible, un rayo suculento que fluye a través de amplias plazas, destrozada en el reflejo de ríos o ventanas viejas, extinguiéndose sobre calles antiguas, hasta que los pasillos asombrados acogen la oscuridad. Primero de noviembre de 1755, día sagrado en la cristiandad: Lisboa se estremece en lo que se conoce como el Gran Terremoto de Lisboa, un terremoto devastador que fue seguido por un tsunami. El desastre fue de tales épicas proporciones que se convirtió en tema de un debate filosófico llamado “el problema del mal” atrayendo a personalidades como Rousseau, Kant, Goethe, pero particularmente a Voltaire, quien buscaba desacreditar la visión de Leibniz de “el mejor de los mundos posibles”. Aquellos que reflexionan sobre el problema del mal se preguntan “¿cómo puede existir el mal si también existe un dios bondadoso y omnipotente?”.

Leibniz respondió diciendo que éste es el mejor de los mundos posibles, así que el mal no es en verdad “tan malo”, solo lo mínimo necesario en un mundo que no está tan mal. Voltaire no estaba de acuerdo y yo tampoco lo estoy. Yo veo esa pregunta casi igual que Lisboa. Si la luz de Lisboa no fuera suficientemente metafórica, déjame mostrarte la pintura de hoy, mi favorita. Hieronymus Bosch dejó pocas pistas de su vida, pero sus obras han sido muy estudiadas. Aficionado de lo oculto, se sabe que Bosch se unió a La Hermandad de Nuestra Señora, una fraternidad religiosa, y llegó a ser un miembro de élite. Por ello su fuerte conexión a los temas religiosos con un enfoque alternativo que se inclina hacia lo grotesco, satirizando los pecados de las órdenes religiosas y exponiendo la mala conducta. Yo admiro mucho la visión sofisticada de Bosch sobre el bien y el mal. Por ejemplo, su frecuente representación de un búho representa en un mismo elemento lo feroz de una creatura de la noche, pero también el símbolo de la sabiduría. Es casi como si el mal ya estuviera presente en la Creación.

El libro de Génesis no dice que los animales hayan sido creados diferentes a lo que son hoy, en donde unos se devoran a otros. “Dios vio que era bueno”, ser un buen felino es ser un buen cazador: un depredador de ratones. En lo personal, no busco en una divinidad un código moral. Aquello que pueda ser visto como algo correcto puede cambiar constantemente al vaivén de las circunstancias. Lógica, amor, empatía y una mente inquieta y escéptica es todo lo que se necesita para crear un código moral basado en nuestro efecto en los demás. Epicuro, el filósofo de la antigua Grecia, ideó esta paradoja: “Dios, o desea eliminar el mal y no puede; o Él puede y no quiere; si Él quiere y no puede, Él es débil, lo cual no es congruente con la naturaleza de Dios; si Él puede y no quiere, Él es envidioso, lo cual de igual forma discrepa con Dios; si Él no quiere ni puede, Él es envidioso y débil, y por lo tanto no es Dios; si Él quiere y puede, lo cual es en sí compatible con Dios, ¿entonces de dónde vienen los males? o ¿por qué no los elimina?” Por lo tanto, ¿hoy en día deberíamos todavía tener motivaciones religiosas? Mi pésame a las víctimas del 11 de septiembre, han pasado quince años desde esos eventos que no serán olvidados.

- Artur Deus Dionisio