Viejo Violín

Puede sorprender que una naturaleza muerta con un violín y un arco como protagonistas causaran tal revuelo como sucedió en la presentación de la obra de William Harnett “Viejo Violín” en la Exposición Industrial de Cincinatti allí por el año 1886. Harnett dominaba con maestría la técnica del trompe l'oeil (trampantojo), un estilo de naturaleza muerta en la que objetos de uso cotidiano son presentados con un realismo tan exquisito que el ojo del observador “se ve engañado” dándolos por reales.

Fue necesaria la custodia policial de esta obra, hoy la más afamada de entre los trabajos de Harnett, para protegerla de las multitudes que, poseídas por el efecto de realidad, querían tomar el violín o hacerse del sobre expuesto…

Harnett nació en County Cork, Irlanda, en los tiempos de la Gran hambruna y emigró a los EE. UU. con su familia cuando aún era un niño. De joven, trabajó como grabador de platería mientras cursaba sus estudios en varias escuelas de arte y de diseño. A la edad de 26 años, pintó su primer cuadro en óleo “Paint Tube and Grapes” y al año siguiente abandonó su actividad de grabador para comenzar a exhibir su pintura. Durante un viaje de estudios en Europa recibió la fuerte influencia del fotógrafo francés Adolphe Braun, quien retrataba naturalezas muertas con motivos de caza, instrumentos y cuernos expuestas sobre fondos texturados.

Una clave para un buen trampantojo es la representación de los objetos en su tamaño real, abarcando la totalidad de la tela y, prácticamente, sin rastro alguno de la pincelada. Harnett desarrolló con esmero una técnica específica y propia para cada objeto a fin de lograr su mayor realismo. A diferencia de la mayoría de las naturalezas muertas de flores y frutas, las de Harnett evocan su virilidad en el uso de una paleta más oscura y la representación de objetos como pipas, libros e instrumentos de escritura. Así mismo, en lugar de componer los elementos sobre una mesa, por lo general los dispone de manera vertical, por ejemplo, colgándolos de una puerta con terminación rústica. Los objetos que Harnett pinta no son brillantes, ni opulentos sino por el contrario aparecen comunes y hasta desgastados.

En la década de 1880, en respuesta a la Revolución Industrial, invadió a los Estados Unidos un sentido de cierta nostalgia en la medida que todo se mecanizaba y se masificaba. El ritmo de vida cambiaba y se anhelaba una mayor simplicidad. Harnett supo captarlo en su pintura con la representación de viejas pipas, periódicos ajados y herraduras arrumbadas.

Pese a ser muy reconocida, su obra no era considerada como “obra de arte” y por eso sus trabajos solían exhibirse en tabernas, en bancos o en los lobbies de hotel.

- Martina