Diego Velázquez
María Teresa era hija del rey Felipe IV de España. Ella se convirtió en presunta heredera del trono tras la muerte de su hermano en 1646. Los pretendientes príncipes de toda Europa deseaban tener un retrato de la joven infanta al llegar a la edad de casarse. Bueno, el retrato funcionó: en 1660, la infanta consiguió una importante alianza política casándose con Luis XIV, su primo hermano, y convirtiéndose en reina de Francia. Sí, ese Louis XIV.
Originalmente hasta el busto, pero posteriormente cortado y luego ampliado en la parte inferior, esta imagen de María Teresa con una peluca con cintas de mariposa puede haber servido de modelo para los asistentes en el taller de Velázquez para copiar, ya que cumplieron con la demanda de retratos oficiales de la joven princesa.
Famosa por su virtud y piedad, vio a cinco de sus seis hijos morir en la primera infancia, y con frecuencia es vista como un objeto de lástima en los relatos históricos del reinado de su esposo, ya que no tuvo más remedio que tolerar sus muchos amores ilícitos.
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