Élisabeth Vigée Le Brun
Este autorretrato de juventud representa a Marie Louise Élisabeth Vigée Le Brun a la edad de 26 años, años después de que pintara el primero de sus muchos retratos de la reina María Antonieta. Aquí se representa a sí misma no como una artista con paleta y pinceles, sino como una encantadora y atractiva dama de la buena sociedad, indistinguible de sus propias mecenas, que incluían a la reina y a damas de la aristocracia y a las que alguna vez pintó con un atuendo informal similar. Ampliamente autodidacta, Vigée Le Brun recibió la recomendación de la reina para ser elegida miembro de la Academia Real en 1783 y pronto adquirió considerable fama y renombre. Cuando sus pinturas se exponían en el Salón eran “las más elogiadas… el tema de conversación en la corte y París, en cenas, en círculos literarios”.
Este radiante autorretrato destaca la belleza y el hermoso cutis de Vigée Le Brun; una chispa de luz ilumina sus ojos y sus pendientes de cristal. Siempre atenta a la última moda, hacía que sus modelos lucieran cómodas togas y mantos griegos.
Si os gustaría echar un vistazo a algunos de sus retratos de María Antonieta, consultad nuestro artículo "Los retratos de la reina María Antonieta" en DailyArtDaily.