La joven de la perla by Johannes Vermeer - 1665 - 44 cm x 39 cm Mauritshuis, La Haya La joven de la perla by Johannes Vermeer - 1665 - 44 cm x 39 cm Mauritshuis, La Haya

La joven de la perla

óleo sobre lienzo • 44 cm x 39 cm
  • Johannes Vermeer - 1632 - December 1675 Johannes Vermeer 1665

Aquí está: el fin de nuestra semana especial de cumpleaños, nuestra quinta obra por nuestro quinto aniversario; la última, pero no por ello la menos importante. Hoy presentamos la obra elegida por Justyna, la primera empleada de DailyArt, una de las chicas más pacientes que conozco (especialmente cuando se trata de gritarme algo sobre las necesidades de DailyArt) y seguramente la chica más valiente que conozco. Sin ella, DailyArt no sería tan grande como es; se encarga de nuestro departamento de redes sociales (¿nos sigues en Facebook, Twitter o Instagram?) y de suplicarle a los museos para que compartan su fantástico contenido con nosotros. También piensa constantemente en cómo hacer mejor DailyArt. Soy muy, muy afortunada de que quiera trabajar con nosotros.

Puedes leer más de nuestro quinto cumpleaños aquí.  Más abajo puedes leer el texto de Justyna sobre la famosa Joven de la perla.

Una vez más, gracias por estar con nosotros todos estos años, toda tu ayuda, los correos tan bonitos y las grandes historias que compartes con nosotros. :)

- Zuzanna y el equipo

Una vez que lees un poema de Wisława Szymborska, no lo puedes olvidar. Es casi como sucede con las obras de arte de Johannes Vermeer, el amado maestro de Szymborska. Para mí, la Premio Nobel de Literatura Wislawa Szymborska era una reina de la ironia, sútil y a la vez precisa. Por favor, sumérgete en su poema, En alabanza a los sueños y mira con atención a la Joven de la perla, ya que no es un retrato sino un tronie, una pintura de una figura IMAGINARIA.

- Justyna Krupinska


En alabanza a los sueños


En mis sueños

pinto como Vermeer van Delft.


Hablo griego con fluidez

y no sólo con los vivos.


Conduzco un auto

que me obedece.


Poseo talento,

escribo largos y grandes poemas.


Oigo voces

de nadie más que de los grandes santos.


Se sorprenderían

de mi virtuosismo en el piano.


Floto en el aire como es debido,

es decir, por propio impulso.


Me precipito desde el tejado

y sé caer suavemente en la hierba verde.


No tengo problemas

para respirar bajo el agua.


No puedo quejarme:

he descubierto la Atlántida.


Estoy encantada con que justo antes de morir

siempre consigo despertar.


En cuanto una guerra estalla

me vuelvo a mi lado favorito.


Soy, aunque no lo necesito,

hija de mi tiempo.


Hace unos años

vi dos soles.


Y, anteayer, un pingüino.

Con la máxima claridad.