El caballete del artista

Esta pintura es uno de esos interiores por los cuales Hammershøi es famoso. El caballete asimismo supone una variación en el tema del "artista y su motivo", esta vez sin que aparezca el propio artista; Hammershøi quería evitar narraciones en sus pinturas.

Incluso en su propia época, Hammershøi fue principalmente conocido por sus interiores. Volvería a este tema una y otra vez con una tenacidad asombrosa, siempre intentando probar efectos nuevos. Sus pinturas representan habitaciones vacías, ascetas y siniestramente estáticas, infundidas de una atmósfera silenciosa y tensa y con una luz suave entrando a través de las ventanas para tocar delicadamente las paredes. El aire tiene una textura casi física y, al mismo tiempo, los objetos materiales parecen disolverse en las escenas, lo que supone que todo adquiere la misma cualidad vibrante y espaciosa. Los colores se encuentran restringidos a un espectro limitado de grises y blancos, pero la riqueza de los matices es increíble.

Los interiores presentan frecuentemente a una única mujer, que a menudo nos da la espalda como en esta pintura. Independientemente de la pose, siempre parece estar congelada y ensimismada en su propio mundo. La vida parece haberse detenido; ni siquiera una puerta abierta establece contacto con el mundo exterior. El artista ha estado evidentemente trabajando en una pintura y se ha alejado de ella por un momento. Es típico de Hammershøi evitar pintarse a sí mismo en la escena; no quería que tomase aspectos narrativos.

Los interiores de Hammershøi son herencia del arte danés de la primera mitad del siglo XIX y del holandés del siglo XVII, pero se alejan de sus antecesores con su única e inquietante atmósfera.

¿Quieres más pinturas de Hammershøi? Echa un vistazo a nuestro artículo The Quiet Life Of Vilhelm Hammershøi Interiors en DailyArtDaily.com