Durante muchos siglos, Rembrandt fue el antiguo maestro holandés más valorado. En nuestra época ha sido suplantado por Vermeer, al que se llegó a conocer como"la esfinge de Delft". En lugar del pomposo esplendor y las emociones desenfrenadas de Rembrandt, Vermeer ofrecía imágenes de orden puritano y tranquila armonía. Parece que cada época tiene sus propias necesidades estéticas.
Esta pequeña pintura presenta los componentes habituales de un Vermeer clásico: un hombre y una mujer vistos compartiendo un agradable momento a solas, en un cómodo interior inundado de luz dorada y (casi puedes sentirlo) aire fresco. Cualquiera que sea la naturaleza del intercambio humano representado aquí, pronto parece obvio que el auténtico tema de la pintura es la luz: la intangible luz mostrada fluyendo por la ventana abierta, causando reflejos en los vidrios emplomados, tamizada por las cortinas, acariciando el suave muro de escayola, entreteniendose esporádicamente sobre tejidos brillantes y vidrio resplandeciente. Pero la luz pronto retrocede hasta los rincones oscuros y dentro de poco acentuara el seductor rostro de la joven. De esta manera sútil, Vermeer hace que la luz sea una metáfora del tiempo y nos recuerda delicadamente de sus consecuencias inevitables. Somos afortunados de que nos hayan permitido ser testigos a escondidas de este momento dorado.
La lección de música interrumpica fue la primera obra de este artista que adquirió Frick, en 1901.
Presentamos esta FABULOSA obra maestra gracias a la Colección Frick. <3
P.D. Echa un vistazo a nuestras Mujeres Desesperadas de Vermeer aquí ;)