El Parnaso by Andrea Mantegna - 1497 - 159 x 192 cm Musée du Louvre El Parnaso by Andrea Mantegna - 1497 - 159 x 192 cm Musée du Louvre

El Parnaso

Temple y óleo sobre lienzo • 159 x 192 cm
  • Andrea Mantegna - c. 1431 - 13 de septiembre de 1506 Andrea Mantegna 1497

¡En este cuadro están pasando muchas cosas!

En esta obra renacentista vemos a los dioses romanos reunidos. Podemos distinguir rápidamente a los más importantes: Venus y Marte. Aparecen en un arco natural de rocas delante de un lecho simbólico; al fondo, la vegetación tiene muchos frutos en la parte derecha (la masculina) y solo uno en la izquierda (femenina), lo que simboliza la fecundación. La postura de Venus se ha tomado de la escultura antigua. Están acompañados por Anteros (el amor celestial), opuesto al carnal. Este último sujeta su arco y sostiene una cerbatana que apunta hacia los genitales de Vulcano, el esposo de Venus, que aparece retratado en su taller en una gruta. Tras él aparecen uvas, tal vez un símbolo de la intemperancia del borracho.

La interpretación tradicional de la obra se basa un el poema del siglo XV de Battista Fiera. Se trata de una alegoría: Isabel de Este, que encargó esta pintura para el famoso studiolo del Palacio Ducal de Mantua, fue representada como Venus y Francisco II Gonzaga, su marido, como Marte.

En un claro bajo el arco está Apolo tocando la lira. Las nueve Musas bailan, en una alegoría de la armonía universal. El toque del casco de Pegaso (a la derecha) pudo dar origen al manantial que alimentaba las cascadas del Monte Helicón, que se ve al fondo. Las Musas danzaban tradicionalmente en el bosque de este monte, por lo que la denominación tradicional del Monte Parnaso es errónea.

Junto a Pegaso está Mercurio, con su tradicional sombrero alado, su caduceo (el bastón alado con serpientes entrelazadas) y su calzado de mensajero. Está presente para proteger a los dos adúlteros.

Te preguntarás cómo es que ahora se encuentra en la colección del Louvre. Pues bien, junto a los demás cuadros del studiolo, fue regalado al Cardenal Richelieu por parte del duque Carlos I de Mantua en 1627, entrando en las colecciones reales con Luis XIV de Francia. Más tarde, pasó a formar parte del Museo del Louvre.

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