Flores de otoño

Tras estudiar con François-Joseph Navez en la academia de Bruselas, Alfred Stevens se estableció en París en 1852. Colorista de gran talento y gran admirador de Edouard Manet, se concentró en el retrato realista. Pintó opulentos retratos de damas a la moda del Segundo Imperio. Cuando Stevens pintó Flores de otoño en 1867, estaba en la cima de su carrera. A través de su brillante representación de los tejidos y de algunos objetos preciosos, creó una atmósfera de lujo en torno a sus personajes. El brillante efecto de Flores de otoño se consiguió, curiosamente, trabajando en una tonalidad sombría con contrastes poco marcados. Estas refinadas armonías de colores sombríos (negro, gris y verde oliva o grisáceo) con unos cuantos acentos de luz, crean una impresión de riqueza sin esplendor, de discreta opulencia. Hasta la caída de Napoleón III, Stevens solía visitar la corte, tanto en el Palacio de las Tullerías como en Compiègne. Sin embargo, con el auge del impresionismo, su obra fue cayendo en desgracia.

Presentamos la obra de hoy gracias a los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica en Bruselas.

Estimados usuarios de DailyArt, necesitamos vuestra ayuda para desarrollar una nueva aplicación fácil de usar de DailyArt. Leed sobre nuestros planes y cómo podéis contribuir :)  ¡Gracias!

P.D. Si ya conoces las obras de Edouard Manet pero no tanto su fascinante vida, este artículo es perfecto para ti.