Marie-Gabrielle Capet
El siglo XVIII fue una época realmente transformadora para las mujeres, ya que poco a poco estas fueron asumiendo nuevos roles sociales. Este cambio también se hizo patente en el mundo del arte, cuando varias pintoras vanguardistas, como Élisabeth Louise Vigée Le Brun y Adélaïde Labille-Guiard, lograron consagrar sus carreras profesionales hacia finales de siglo. Ambas artistas fueron algunas de las primeras mujeres en ser aceptadas en la Real Academia de Pintura y Escultura, allanando así el terreno a un creciente número de mujeres, tanto en la Academia como en la nueva sociedad.
La artista Marie-Gabrielle Capet, nacida en Lyon, se formó en París con Labille-Guiard. Capet fue una de las 21 artistas femeninas que expusieron sus obras en el Salón de 1791, justo después de la Revolución Francesa. En su autorretrato (pintado hacia 1783), Capet aparece sosteniendo una tiza en un soporte, preparada frente al caballete. La pintura recoge su joven aspecto a la edad de 22 años, bella y radiante, con un vestido de satén azul abierto hacia el escote, y adornado con lazos a juego que recuerdan al espíritu alegre del siglo XVIII. Sin embargo, más allá de su encanto rococó, el retrato rebosa una cualidad sincera y espontánea que constata la evolución de los estilos artísticos de la nueva era. En ese preciso momento, la tormenta de la Revolución Francesa se acercaba y el mundo del arte comenzaba a resonar con un idealismo renovado inspirado en el arte clásico de Grecia y Roma, así como con un realismo en sintonía con la emergente ciudadanía en la sociedad.
Me encanta este autorretrato: ¡A Capet se la ve tan segura de sí misma y tan orgullosa de su profesión! Lo podrás encontrar en nuestro conjunto de postales superventas: el conjunto de 50 postales de mujeres artistas. :)
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