Jeanne Hébuterne
La historia del arte recuerda principalmente a Jeanne como musa, modelo, amante y madre de la hija (Giovanna) de Modigliani. El apasionado y trágico amor entre Jeanne y Modigliani fue condenado por la familia de la primera y envenenado por el estilo de vida érratico y la enfermedad del segundo; finalmente terminó con la muerte de Modigliani el 24 de enero 1920, seguida menos de 48 horas después por el suicidio de Jeanne, de 21 años y embarazada de ocho meses.
Hébuterne era pintora. Hace muy poco tiempo que Jeanne Hébuterne, la pintora, ha recibido su propia voz. Al igual que su hermano André, que también aspiraba a ser pintor, estudió en la Académie Colarossi de París, donde conoció a Modigliani en 1916.
Este icónico e impactante autorretrato pintado hacia 1917 (más o menos durante la misma fecha en que Modigliani pintó el primer retrato de Jeanne) desafía las descripciones conocidas de Jeanne como de un personaje de carácter tímido, tranquilo y delicado. Con sus penetrantes ojos almendrados que miran fijamente al espectador y el uso de colores planos y atrevidos, Jeanne parece retratarse a sí misma como una mujer joven, segura de su decisión de irse a vivir con su amante enfermo y borracho ante la desesperación de su familia.
Según sus amigos, Jeanne era una hábil pintora y costurera, que diseñaba su propia ropa. La bata de inspiración japonesas que luce orgullosa en esta obra es muy probablemente una de sus creaciones. Dada la prematura muerte de la artista y la escasez de sus obras en el mercado, el autorretrato de Jeanne es un testimonio único, que la representa como la joven artista de piel clara con sus dos largas trenzas de color castaño rojizo y su diadema negra, cuyo contraste de colores le había valido el apodo de "Noix de Coco" (coco) de sus compañeros artistas de Montparnasse.