Frenesí de exultaciones

El concepto de esta obra se remonta a la estancia de Podkowiński en París durante 1889, pero el surgimiento de sus exitosos bocetos al óleo y de estudios en carboncillo durante la segunda mitad de 1893 fue consecuencia del drama creciente sobre el amor no correspondido en la vida del artista. Dentro de su visión, Podkowiński eleva el éxtasis erótico a un valor absoluto, viéndolo, en concordancia con la corriente psicológica de esa época, como un poder cósmico y determinante de la condición humana.

Comenzando con la ejecución de la enorme pintura, el artista empleó el método académico de esbozos preliminares que correspondían con la versión final, difiriendo ligeramente uno del otro en tamaño y color. La pintura fue expuesta en la exhibición del 18 de marzo de 1894. Estaba acompañada de una atmósfera de sensacionalismo y escándalo. La mañana del 24 de abril de 1894, 37 días después de la inauguración de la exhibición y justo antes de la fecha de cierre, Podkowiński entró al lugar donde se encontraba la pintura y la cortó con un cuchillo. Las razones de su acto no son claras. El acto profano de Podkowiński pudo haber contribuido a los rumores de que la imagen representaba a una mujer por la cual el artista tenía un afecto insatisfecho. El daño de la imagen y la muerte del artista poco tiempo después alimentó la especulación sobre un posible suicidio. Un argumento en favor de esta explicación eran los trazos de las cortadas sobre el lienzo, los cuales mostraban que sólo la imagen de la mujer había sido objeto de ataque. La amada de Podkowiński pudo ser Ewa Kotarbińska, a quien conoció durante su estancia veraniega en un palacio cerca de Varsovia. Ella era morena, pero hay testimonios de que su familia vio una similitud entre ella y la mujer de la pintura, por lo que lo condenaron severamente. Después de la muerte de Podkowiński la obra fue restaurada.