Autorretrato con jarrón negro y dedos separados

Egon Schiele fue un pintor austríaco. Un protegido de Gustav Klimt, Schiele fue uno de los grandes pintores figurativos de principios del siglo 20. Su trabajo es notable por su intensidad y por la cantidad de autorretratos que el artista produjo. Las formas contorsionadas del cuerpo y la expresiva línea que caracterizan las pinturas y dibujos de Schiele son precursoras del movimiento expresionista. En 1911, cuando Schiele pintó este autorretrato también conoció a Walburga (Wally) Neuzil (17 años), que vivió con él en Viena e hizo de modelo para algunas de sus pinturas más chocantes. Muy poco se conoce de ella, excepto que ya había hecho de modelo para Gustav Klimt y podría haber sido una de sus amantes. Schiele y Wally querían escapar del ambiente vienés, percibido por ellos como claustrofóbico, por lo que fueron a la pequeña ciudad de Český Krumlov (Krumau) en Bohemia del sur. Krumau fue el lugar de nacimiento de la madre de Schiele; hoy se encuentra ahí un museo dedicado a Schiele. A pesar de las conexiones de la familia de Schiele en Krumau, él y su amante fueron echados del pueblo por los residentes, que desaprobaban su estilo de vida, incluyendo su supuesto uso de las adolescentes del pueblo como modelos.