En la antigua religión romana, las vestales o vírgenes vestales (vestales, singular vestalis), eran sacerdotisas de Vesta, diosa del hogar. El Colegio de las Vestales y su bienestar fueron considerados fundamentales para la continuidad y la seguridad de Roma.
Cultivaron el fuego sagrado que no podía salir. Las vestales fueron liberadas de las obligaciones sociales usuales de casarse y tener hijos y hicieron un voto de castidad para dedicarse al estudio y corregir la observancia de los rituales estatales que estaban fuera del alcance de los colegios masculinos de sacerdotes.