La ola

La escena representa una imagen bastante dramática. Una enorme ola se cierne sobre tres barcos pequeños, largos y delgados, repletos de pescadores. El monte Fuji se encuentra en un segundo plano, muy pequeño y muy tranquilo, al margen del drama que se desarrolla en el mar a unas pocas docenas de kilómetros de distancia. A primera vista, uno piensa que los humanos en sus diminutos botes están condenados a perecer en el mar; pero probablemente no lo están. Los pescadores no parecen tener pánico. Por el contrario, parecen estar manejando sus remos con total disciplina. Parece que tienen experiencia y saben cómo hacerle frente a la situación. Estos barcos delgados y rápidos se usaron para transportar pescado fresco desde pueblos pesqueros cercanos a los mercados de Edo (hoy Tokio). Edo en ese momento era una de las ciudades más grandes del mundo, probablemente la número dos después de Londres. Uno se puede imaginar la gran cantidad de alimentos frescos que se necesita transportar a la capital japonesa cada mañana para alimentar a una población estimada en más de un millón.