El sol, la luna y un basilisco

Albrecht Dürer nació hace exactamente 545 años; es obvio a quien vamos a presentar hoy :) Este pequeño dibujo es un fragmento cortado de un manuscrito original escrito por el humanista de Nuremberg Willibald Pirckheimer alrededor del 1512. El autor era un coleccionista y amigo íntimo de Dürer. El manuscrito era una traducción en latín de un texto griego, la Hieroglyphica de Horapollo (siglo IV a.C). Se pueden ver algunas partes de texto en el reverso del dibujo. Este texto fue importante en el Renacimiento ya que parecía explicar el significado escondido de los símbolos sagrados del antiguo Egipto. Estimuló la creación de emblemas cuyo significado podía ocultarse a aquellos que no conocían su significado. Este fragmento con los dibujos fue la primera ilustración del manuscrito. El sol, la luna y el basilisco (mitad águila y mitad serpiente, nacido de un huevo de una serpiente incubado por un gallo) en conjunto representaba la Eternidad. Las ilustraciones e interés de Dürer por este curioso manuscrito es parte de su interpretación general de la teoría y la práctica del arte y la literatura del mundo clásico. Este logro intelectual lo señala como uno de los líderes de los estudios del Renacimiento a principios del siglo XVI.

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