Desnudo llorando

Edvard Munch ha sido descrito ad nauseam como el pintor nórdico atormentado, icono del siglo XIX. Su obra más famosa, la versión en pastel sobre tabla de El grito y que fue vendida en Sotheby’s por 73.921.284 libras en mayo de 2012, representa una escena profundamente traumática donde un hombre grita de agonía sobre un siniestro cielo rojo de fondo. Quizás desgraciadamente, la serie de El grito ha eclipsado de algún modo el prolífico conjunto de obras de Munch: dibujos, pinturas y grabados que muestran una magnífica diversidad en cuanto a temas, resonancias y estilos.

Desnudo llorando es una excelente obra que presenta notas de un fuerte toque de Cézanne y una pizca de Matisse pero tiene un gusto puramente de Munch. Es magnífica, como también lo son otras cuantas obras de gran tamaño que giran en torno a mujeres, especialmente las de pelo largo. La habitación, con un papel de pared con un patrón que resulta desagradable y una perspectiva plana, proyecta un sentimiento de incomodidad, incluso de claustrofobia. Ansiedad y sufrimiento, esto es de lo que trata la pintura.