Fritz Lang
La pieza de hoy es una imagen fija tomada de una película que compite con Un mundo feliz de Huxley (1932) o 1984 de Orwell (1949) en términos de arte profético pese a sus ingenuas concepciones socialistas. La película de Fritz Lang, Metrópolis, del año 1927, es anterior a las dos novelas, pero en el contexto de ciencia ficción distópica tiene similitudes con ambas al representar la destrucción de un mundo perfecto.
La imagen es verdaderamente bíblica: la "ramera" sentada sobre una bestia de muchas cabezas, en actitud desvergonzada, orgullosa y triunfante.
Hay distintas interpretaciones sobre el simbolismo de esta imagen, pero sea cual sea tu opinión es claro que la universalidad de las mentiras, la idolatría y la abominación están allí presentes. Esta "ramera" o "falsa María" es una herramienta utilizada en la película para contrarrestar la revolución dirigida por la María verdadera en la cual se busca la libertad para los trabajadores oprimidos que viven en la ciudad subterránea. En este punto de la película, la utopía que inicialmente parecía un éxito comienza a desmoronarse, y se presenta esta imagen espantosa al espectador, resplandeciente en una especie de gloria despótica y una arrogancia aparentemente insuperables.
Sin embargo, el aspecto más significativo es el contexto histórico dentro de los cuales estos trabajos fueron creados y publicados. Lang en 1927, Huxley en 1932 y Orwell en 1949: Hitler había superado a sus rivales dentro del Partido Nazi y adquirió el título de Führer, dando luego un discurso en el Congreso de Núremberg en 1927; a partir de allí dirigió el Partido Nazi en una escalada continua de poder a pesar de perder las elecciones presidenciales en Hindenburg en 1932; en 1949 todo había terminado y Europa se reconstruía.
¿Cómo se relaciona esta información con la imagen? Sencillamente porque esta imagen representa el peligro, ella es una idea del expresionismo alemán del dominio de la avaricia y corrupción sobre las naciones. Al igual que en las novelas anteriormente mencionadas ella podría significar una advertencia: no debemos caer en las retóricas de quienes hacen promesas idealistas a corto plazo; debemos ser cuidadosos de no ser atrapados en el frenesí de la adoración incorrecta; y sobretodo, debemos mirar siempre las lecciones que nos dejó la historia para tomar las decisiones adecuadas.
-Sarah