Paul Cézanne
La modelo de esta pintura no ha sido identificada de manera precisa, pero muy probablemente era una de las empleadas en Jas de Bouffan, la residencia veraniega de la familia de los Cézanne ubicada cerca de Aix-en-Provence. El pintor recurrió muy poco a modelos profesionales, pues prefería trabajar con miembros de su familia o personas que conocía bien, tal vez porque era tímido y pintaba muy despacio. A pesar de la proximidad, Mujer con una cafetera es un estudio de las formas más que un estudio del personaje.
Los principales elementos de la composición (el cuerpo de la mujer, la taza y la cafetera) fueron pintados de una manera altamente simplificada bajo un arreglo estricto de líneas horizontales y verticales. Este acercamiento geométrico a los volúmenes y a la inclinación de la mesa representada desde un ángulo más alto que los objetos puestos en ella anuncian el estilo cubista.
Esta pintura, probablemente ejecutada cerca de 1895, registra el giro en el arte de Cézanne veinte años después de que comenzará a alejarse del Impresionismo. Deseaba “tratar la naturaleza con cilindros, esferas y conos” y manejó este retrato con el estilo naturaleza muerta. No obstante, las manos endurecidas de la mujer y su rostro simple, pero dignificado muestran la simpatía del pintor por el “ícono monumental de la vida sencilla”.
Fuente: sitio web del Museo de Orsay.
Este retrato es una de las piezas maestras de la exposición Retratos por Cézanne, que puedes visitar en el Museo de Orsay hasta el 24 de septiembre. Las obras presentadas fueron tomadas de colecciones privadas y de museos prestigiosos de todo el mundo. La exhibición explora las características pictóricas y temáticas especiales de los retratos de Cézanne incluyendo su creación de pares complementarios y múltiples versiones del mismo tema.