Joseph Ducreux
En la época en la que la Revolución Francesa estalló en 1789, Joseph Ducreux ya contaba con una práctica de retratos bien desarrollada en París. En 1774 había sido nombrado retratista oficial de la corte de Luis XVI y María Antonieta. En el despertar de la revolución se vio forzado a encontrar nuevos mecenas y a reinventarse a sí mismo como una figura relevante en un entorno político y cultural muy diferente. En su autorretrato Le Discret (o El silencio), expuesto en el Salón de París de 1791, el artista levanta su dedo hasta sus labios fruncidos, con lo que invita al observador a permanecer en silencio. Aparentemente influenciado por las teorías contemporáneas de la fisionomía, se mostró a sí mismo en una serie de gestos exagerados mostrando varias emociones y expresiones faciales. Al mostrarse a sí mismo bostezando, riendo, llorando y apuntando con un dedo burlón al espectador, Ducreux captó la atención su audiencia de una forma que no era usual en esa época.
Museo de Arte Spencer, ¡gracias por compartir esta obra con nosotros!