Charles Dana Gibson
Confiada, elegante y con el volumen del cabello perfectamente peinado, la Chica Gibson fue un ícono de la belleza estadounidense a comienzos del siglo XX. Creado por el ilustrador Charles Dana Gibson, esta joven idealizada fue inspirada, en parte, en la bellísima esposa de Gibson, Irene Langhorne Gibson. Como una muñeca Barbie, la Chica Gibson tenía una figura casi imposible con pechos voluptuosos, cintura esbelta y caderas anchas. Sin embargo, a diferencia de los modelos pin-up, la Chica Gibson siempre estaba elegante y modestamente vestida.
Gibson presentó a la Chica Gibson a través de sus dibujos a pluma y tinta en la década de 1890. Sus representaciones magistrales no solo mostraron una visión ideal de la feminidad americana de clase media alta, sino que al colocar ocasionalmente a una Chica Gibson en compañía de la élite social, le permitió a Gibson proporcionar una sutil sátira a la alta sociedad y sus idiosincrasias.
Aunque refinada y respetable, la Chica Gibson, al igual que las mujeres jóvenes, cada vez más independientes de su tiempo, se dedica a actividades deportivas y de ocio, como tenis, golf, senderismo y ciclismo. A diferencia de la Mujer Nueva de la época que hizo campaña para la reforma social y política, la Chica Gibson dio la bienvenida al progreso pero no abogó activamente por él. Disfrutaba el romance, pero no confiaba en un hombre para la felicidad. De hecho, los hombres a menudo fueron retratados como heridos y torpes en su presencia.
Gibson recurrió a las mujeres que encontró en la vida cotidiana, una compilación de miles de jóvenes estadounidenses. La Chica Gibson fue muy popular y apareció en muchas de las principales revistas del momento. Ella no solo inspiró la moda y los peinados, sino que también fue tema de canciones y operetas. No tan conocido fue el Hombre Gibson, que Charles Gibson basó en su amigo, Richard Harding Davis, un periodista estadounidense y corresponsal de guerra. El Hombre Gibson era elegante y robusto, la contraparte perfecta de la Chica Gibson.
Después de la Primera Guerra Mundial, el interés popular en los Estados Unidos cambió a flappers y música de jazz. Eso, junto con la introducción de la impresión en color y la fotografía en revistas, hizo que la exquisitamente dibujada Chica Gibson se desvaneciera.
- Martina Keogan