A los 83 años, Hopper pintó Dos comediantes, una de sus últimas pinturas, pensada como una auténtica declaración personal (una especie de despedida). Como su esposa Jo confirmaría más tarde, la pintura los presentaba a ambos despidiéndose con una reverencia. Tanto Hopper como Jo tenían ya más de ochenta años y estaban enfermos: Hopper moriría menos de dos años después y Jo, al año siguiente. La pareja del escenario son como los jóvenes enamorados Pierrot y Pierrette de la comedia del arte. Según parece, en la muerte, Hopper prefería la compañía y quería a Jo a su lado. Esta describió Dos comediantes como "un oscuro escenario (y qué escenario… fuerte como la cubierta de un barco) y dos pequeñas figuras sacadas de una pantomima". Al elegir este tema, Hopper indica su aceptación de las ironías de la vida: su reconocimiento del sinsentido de la existencia humana.
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¡Hasta mañana!