El jardín de rosas de las niñas

Una de las más tempranas pioneras del retrato fotográfico, Julia Margaret Cameron, empezó su carrera a la edad de 48 años. ‘’Desde el primer momento, manejé las lentes con un tierno ardor’’, llegó a escribir, ‘’y para mi se ha convertido en un organismo vivo, con voz y  memoria propia, con vigor creativo’’. Cameron fué autodidacta y aprendió y dominó el laborioso proceso de producir negativos con colodión húmedo sobre placas de cristal, permitiendo la aparición de ligeros difuminados en sus imágenes, así como composiciones más sueltas frente a los refinados retratos de sus colegas. Muchos críticos elogiaron su originalidad, aunque otros despreciaron su técnica descuidada. Inspirándose en escritores y pintores contemporáneos y del pasado, Cameron también recreó escenas sacadas de la historia y de la literatura (como cuando ilustró con fotografía el poema Los Idilios del Rey de Tennyson) y con frecuencia los modelos para sus madonnas, figuras de Cristo o ángeles eran familiares, amigos e incluso miembros del servicio doméstico.