Artista anónimo
De los muchos reyes anglosajones de los distintos reinos (posteriormente, unidos), Athelstan (r. 924-939) fue un monarca de muchas “primeras veces” de importancia. Aunque aprovechó con éxito las bases que había dejado su padre, Eduardo el Viejo, y su abuelo, el famoso Alfredo el Grande, el rey Athelstan fue el primer rey inglés en unir con éxito a todos los pueblos de lengua anglosajona de la isla. Por ello, llegó a autoproclamarse ostentosamente Rey de toda Bretaña en la moneda que acuñó en la década de 930. Como es natural, su mecenazgo fue algo muy deseado tanto por laicos como por clérigos, y es probable que, mediante la intercesión de una pequeña comunidad monástica alojada temporalmente en Chester-le-Street (al norte de Inglaterra), se interesara particularmente en San Cutberto, una figura del siglo VII conocida por su santidad, sus milagros y su cuerpo incorrupto.
Según un cronista de principios del siglo XII, hacia el año 930, el rey Athelstan visitó a los monjes de Chester-le-Street para pedirles la bendición de San Cutberto y él “donó al santo para el adorno de su iglesia, muchos tipos diferentes de regalos dignos de un rey”. Entre estas preciadas donaciones se encontraba el libro que contiene esta imagen: un manuscrito iluminado sobre la vida de San Cutberto escrito por Beda. El frontispicio de este manuscrito representa al rey Athelstan inclinándose mientras suplica y ofrece el libro al propio santo. Este, de pie junto a su iglesia, le ofrece su apoyo. Aceptado con entusiasmo por la comunidad y probablemente expuesto allí durante la época medieval, el libro contiene esta imagen, el retrato más antiguo que existe hoy en día del primer rey inglés, que muestra la riqueza y poder del rey Athelstan a la vez que pone en relieve su humildad ante el santo testigo de Dios.
- Stephanie Skenyon
P. D. Aquí está la historia en retratos de otro rey de Inglaterra, Enrique VIII, y de sus desdichadas esposas.