Henri Rousseau fue un artista autodidacta que trabajó como aduanero a las afueras de París. Sus pinturas visionarias (en especial, las que tenían como tema la jungla) cautivaron al mundo artístico con sus representaciones de la exuberante vida vegetal y animal pintada con increíble detalle y precisión. Rousseau realizó La cascada el último año de su vida y puede que lo dejara inacabado: unas cuantas hojas en las ramas del árbol de la izquierda, en primer plano, no presentan las capas de color superpuestas características del artista. Aunque Rousseau representó lugares exóticos y distantes ¡nunca puso un pie fuera de Francia! Para estas escenas imaginarias se documentaba mediante la visita a los jardines botánicos y al zoológico de París y las imágenes de postales, fotografías y revistas ilustradas.
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