Le Bistro (La tienda de vinos)

En 1910 Edward Hopper viajó dos veces a París, y en una de ellas se quedó durante un año entero. Era una persona tímida, no se sentía cómodo hablando francés y probablemente pasaba mucho tiempo solo. Cuando pintó París, pintó una ciudad casi por completo vacía de gente. Hay una sensación de que la ciudad es casi como una especie de escenario vacío, esperando a ser llenado por otros.

A primera vista, la pintura parece representar una escena casi completamente rural, con árboles combados por el viento y un elegante puente curvo que cruza un pequeño río. La única concesión aparente con el mundo moderno es la hilera de casas que se ven a la izquierda del amplio bulevar vacío. No obstante, si echamos un segundo vistazo, la vista se dirige a la pareja de figuras sentadas ante una mesa, en la esquina inferior izquierda, y nos revela que, de hecho, se trata de París. Los bebedores aparentemente parecen enfrascados en una profunda conversación, haciendo que la botella de vino que comparten quede relegada a un lado.

Que tengas un viernes bueno y tranquilo (quizás con una copa de vino ;)

P.D. ¿O tal vez con un cóctel? Aquí tienes una exquisita selección de 10 cócteles inspirados en el arte para disfrutar de una bebida muy artística.