Una linterna japonesa

Una mujer joven, vestida de blanco, se reclina tranquilamente contra una puerta, con la cara apartada del espectador. Parece estar perdida en la vista del paisaje iluminado por la luna delante de ella, donde un lago yace enteramente sereno en el anochecer. Es verano, y el cielo nocturno esta azul y los árboles estan verdes. Sobre la mujer cuelga una linterna japonesa, cuya posición elevada contra el cielo hace que se parezca a una luna exótica. La linterna se refleja en la carcasa y el panel brillantes de la puerta: resplandeciente en amarillo dorado y naranja, crea una luz cálida y atmosférica en el crepúsculo.

La imagen, dibujada en tiza pastel, tiene un estilo lírico y sensible, y sentimos un estado de anhelo enigmático. La atmósfera de ensueño se ve aumentada por los contornos borrosos de los árboles y por los misteriosos troncos de los árboles que son tan curiosamente delgados y rectos en primer plano. Con este trabajo, Oda Krohg ayudó a introducir el neorromanticismo en Noruega a fines de la década de 1880. En este movimiento, los artistas rechazaban las representaciones más objetivas e impasibles del realismo en favor de simbolismo y temas románticos, como las luminosas noches de verano del norte. Con su atmósfera recortada y tenue, la imagen también muestra rastros de estar inspirada en el arte japonés, como solía ser el caso en las pinturas occidentales de la época.

Junto con su esposo, el artista Christian Krohg, Oda Krohg fue una de las figuras descollantes del movimiento contracultural conocido en la década de 1880 y 1890 como los bohemios de Kristiania. Creó muchas obras innovadoras y conocidas que han mantenido su posición destacada en la historia del arte noruego.

Presentamos la pintura de hoy gracias al Museo Nacional de Arte, Arquitectura y Diseño de Oslo. Es asombroso, ¿no te parece? ¡Qué ambiente!

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