Misia y Vallotton en Villeneuve by Édouard Vuillard - 1899 - 70,2 x 51,1 cm Colección privada Misia y Vallotton en Villeneuve by Édouard Vuillard - 1899 - 70,2 x 51,1 cm Colección privada

Misia y Vallotton en Villeneuve

Óleo sobre tabla con base de madera • 70,2 x 51,1 cm
  • Édouard Vuillard - 11 de noviembre de 1868 - 21 de junio de 1940 Édouard Vuillard 1899

En este cuadro vemos un grupo de amigos famosos. La mujer en primer plano es Misia Natanson, musa perenne de los nabíes y objeto de un amor no correspondido por parte de Vuillard durante los últimos años del siglo XIX. El hombre que aparece al fondo es el artista Félix Vallotton (¡me encantan sus obras!), que también mantenía una relación llena de coqueteos con Misia. Quizás Vallotton aparezca en esta obra como una especie de sustituto del propio Vuillard o como un amigo y a la vez rival del afecto dividido de parte de Misia; de cualquier modo, la cercanía y el desapego simultáneos de los dos protagonistas sugieren una cierta ambigüedad en su relación.

El tercer hombre, o más bien debería decir, el fragmento del mismo, es Thadée, el marido de Misia (cuando ya sabes que Vuillard amaba a Misia, no te sorprende en absoluto que cortara al marido de la pintura), uno de los fundadores del influyente periódico literario La Revue Blanche. Misia constituía el mismo epicentro del círculo artístico y literario más avanzado de París durante esta época y el enamoramiento de la misma por parte de Vuillard encuentra su expresión más punzante e íntima en este interior, una polifonía de color y textura que representa tanto una sublimación lírica de las intensas emociones del artista como una fantasía de sus propios deseos cumplidos. 

En 1893, Thadée se casó con Misia, magnífica pianista e iconoclasta nata, que rápidamente se convirtió en la musa y el capricho de la sociedad intelectual y de mundo que se movía alrededor de La Revue Blanche. Misia era una auténtica estrella. Su posición, unida a un estilo personal único, un seductor encanto y una necesidad casi física de encontrarse rodeada de gente constantemente, la hacían irresistiblemente magnética.

Para Vuillard, su profunda relación con los Natanson fue como una especie de conversión religiosa, que le cambiaría la vida y lo consumiría por completo. A mediados de la década, los veía casi a diario. Adquirieron una gran cantidad de sus obras y lo recomendaban sin reservas a amigos; le permitieron un acceso interno a lo último en artes e ideas y demostraron un modo de vida (un gusto y una cultura), que fascinó al joven artista.

Los nabíes fueron unos artistas que actualmente se asignan al amplísimo grupo de los postimpresionistas. Si te gustaría aprender más sobre ellos, echa un vistazo a nuestro Curso básico sobre Postimpresionismo.  : )

P.D. Vuillard tenía un talento especial para representar a las mujeres; aquí puedes ver algunas de las personalidades femeninas de la época retratadas por este exquisito pintor.