Gustav Klimt
Dama con abanico es una de las pinturas que realizó Klimt en los años inmediatamente anteriores a su muerte en 1918 y que podría considerarse la realización de su visión artística de madurez. Combina ricos modelos y motivos japoneses con la adoración de Klimt por las figuras femeninas.
En la pintura vemos a una joven ensimismada, de pie ante nosotros, mirando con recelo a lo lejos, a nuestra izquierda. Se desconoce su identidad. El fondo amarillo y plano de la pintura recuerda a las pinturas del período dorado de Klimt, como El beso, y al mismo tiempo, evoca las suaves dimensionalidades de los grabados japoneses y la porcelana china pintada. En esta obra encontramos flotando un fénix místico (o Fènghuáng, símbolo de gracia y virtud en la mitología china) con fabulosas plumas de color esmeralda. Frente al fénix, a la derecha del lienzo, con las plumas del pecho de un resplandeciente azul ultramar, se alza una grulla de largas patas, emblema de la sabiduría y la inmortalidad, mientras a su alrededor el aire irreal explota con brillantes estallidos de flores de loto de color rosa, símbolo de la inmutabilidad de la belleza.