Giotto di Bondone
El infiero de Giotto es un lugar asombroso. Una piscina de lava parece verter de los pies de la figura de Cristo en su trono, quien surge con una majestuosidad severa sobre los flancos de los ángeles. La lava es una maraña de cuerpos torturados que contrastan frente al fondo oscuro. Algunos están colgados como carne en secado, otros caen sin fuerzas como alfombras, y otros se retuercen de dolor. Entremezclados entre ellos, encontramos grupos de demonios azulados que pinchan y atormentan a los cuerpos desnudos y desafortunados de los condenados. También hay un Judas colgado. En otra parte del ciclo Judas, con la nariz ganchuda, aparece recibiendo una recompensa por la traición y un demonio tenebroso le engatusa.
En el centro del infierno de Giotto, encontramos un enrome e imponente Satán, uno de los monstruos más grandiosos del arte occidental. El Satán de Giotto es una figura corpulenta de color azul pizarra, con quijadas peludas y cuernos retorcidos. Esta encaramado a un dragón que se alimenta de humanos, sus pies están aplastando una masa de cuerpos y cada una de sus manos extendidas sujeta un cadáver. De manera inquietante, la mitad inferior de un cuerpo humano prende de la boca de Satán, pronóstico del infame cuadro de pintura negra de Goya “Saturno Devorando a su Hijo”. El Satán de Giotto es el rey de los caníbales, una inmovible montaña de crueldad cuya gran barriga prácticamente late con el contorno de la última ingesta de carne.
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