Autorretrato con la Muerte Tocando el Violín by Arnold Böcklin - 1872 - 74 x 61 cm Antigua Galería Nacional de Berlín Autorretrato con la Muerte Tocando el Violín by Arnold Böcklin - 1872 - 74 x 61 cm Antigua Galería Nacional de Berlín

Autorretrato con la Muerte Tocando el Violín

óleo sobre lienzo • 74 x 61 cm
  • Arnold Böcklin - 16 de octubre de 1827 - 16 de enero de 1901 Arnold Böcklin 1872

El miércoles pasado en Thoughts on Art nos quedamos preguntándonos sobre el valor monetario de la pintura. Como el materialismo tiende a conquistar más y más espacio entre nuestros valores, es una generalización intuitiva buscar el precio cuando se trata de arte, y, a partir de ello, especular acerca de la calidad de la pieza. Nos hemos vuelto escépticos sobre la belleza objetiva. Las opiniones son amplias y variadas, y con la democratización de la cultura, todos los puntos de vista cuentan: aquellos que buscan elementos en obras de arte que pueden servir como un argumento para demostrar la superioridad de una pieza por sobre la otra, son percibidos por la sociedad como snobs, arrogantes que creen que sus opiniones valen más. Entonces, debido a la falta de elementos objetivos para fundamentar un debate, surge esa inclinación por el precio. Debemos estar muy enfocados en lo individual cuando decimos “50 Sombras de Grey es objetivamente peor que Anna Kareina”, pasando por alto el rol del artista. Nietzsche alguna vez dijo: “De todo lo que está escrito, sólo amo lo que la persona ha escrito con su sangre. Escribe con sangre y hallarás que esa sangre es espíritu.” Ese acercamiento romántico al arte, como la personificación de un artista impetuoso que no hace sólo lo que es capaz de hacer, sino lo que no es capaz de restringir esta hermosamente expresado en esta pintura hecha por Böcklin. Y no podría estar más de acuerdo con esa perspectiva. Independientemente del esnobismo, es bueno recordar que mucha sangre ha sido derramada por dinero, y cada vez menos se convierte en pintura.

- Artur Deus Dionisio