Hoy es el Domingo de Ramos, así que tenemos que presentar el gran fresco del Domingo de Ramos de Giotto. Giotto se encuentra en la encrucijada entre la Edad Media y el Renacimiento temprano. Aunque monumental por derecho propio, su trabajo abrió nuevos caminos y señala la dirección que el arte llevaría a su culminación en el trabajo de Rafael y Miguel Ángel. A pesar de adherirse a la fórmula medieval de un fondo plano (que en ese tiempo usualmente se pintaba todo en oro), Giotto logró crear un sentido de realidad espacial, dando a sus figuras peso y vida. Hay una observación directa y, sobre todo, una proyección de emociones fuertes que elevan estos frescos mucho más allá de los de otros en su época.