Paul Klee
Queremos presentar una colección de arte todos los meses. En mayo será del Zentrum Paul Klee de Berna :) ¡Disfrútenla y que pasen un feliz domingo!
Las representaciones de barcos y botes aparecen a lo largo de todo el trabajo de Klee. Pero una sorprendente acumulación del tema es evidente a fines de la década de 1920. Después de sus vacaciones en la isla de Elba en 1926, Klee viajó en el verano del año siguiente a la pequeña isla de Porquerolles, en la costa sur de Francia. A finales de agosto navegó desde allí en un barco a Córcega, por lo que el mayor número de representaciones de puertos y barcos durante esos años difícilmente puede ser una sorpresa. Desde Porquerolles le escribe a su esposa Lily: "Aquí y allá veo naves cruzando el mar azul y anhelo estar en movimiento".
En la pintura “La partida de los barcos” de 1927, se destacan las formas geométricamente construidas en colores brillantes sobre un fondo oscuro. Los barcos y las velas están formados por una superposición rítmica de planos individuales reflejados en tonos rosados y rojos. Un círculo en azul frío, probablemente la luna llena, flota sobre toda la composición. Enfrente, en el borde inferior derecho, hay formas triangulares, también pintadas en tonos fríos, que parecen acantilados. Una pequeña flecha se erige como símbolo para expresar el movimiento mencionado en el título, la partida de los barcos.
Desde 1921, Klee trabajó como profesor en la Bauhaus en Weimar y más tarde en Dessau. Entre otras cosas, durante su tiempo en la Bauhaus, se involucró con la articulación rítmica de los planos. Pero como violinista virtuoso Klee también se refirió al ritmo y la polifonía de la música. Así, por ejemplo, siguió el movimiento del bastón del conductor y lo transpuso en líneas. Las velas de los barcos pintados se refieren a este inquietud por la música.