Las cuatro bailarinas

Degas trató su tema favorito, las bailarinas de ballet, en cientos de obras. Existen muchas versiones de Las cuatro bailarinas, uno de los trabajos más grandes y ambiciosos de su última etapa, con modificaciones de distintos tipos. Mientras que Degas suprimió los detalles descriptivos en el resto de la obra, aparecen líneas enfáticas negras que dan forma a las cabezas y los brazos, subrayando las preocupaciones formales del artista. La iluminación teatral posada sobre las bailarinas que están fuera del escenario recolorea las figuras y crea un esquema simple de colores complementarios con tonalidades rojo-anaranjadas y verdes. Dos de las figuras repiten la pose de una modelo que aparece en un único grupo de tres negativos fotográficos. Tomadas entre 1895 y 1898, las placas originales tenían un efecto solarizado con colores que, en negativo, se asemejan, a los naranjas y verdes de Las cuatro bailarinas. Degas era el propietario de las placas fotográficas y puede que incluso sacara él mismo las fotografías. La misma modelo, con el pelo recogido en un moño y rasgos poco definidos u ocultos, posó para las tres fotografías y las cuatro bailarinas del cuadro se le parecen. Las fotografías secuenciales de Eadweard Muybridge podrían haber influido también en la disposición de las cuatro bailarinas, especialmente las de su libro de 1887 Animal Locomotion. Sus poses, una sucesión de posturas preparatorias, representan una progresión de complicados movimientos.